El hambre comenzó a hacer rugir mis tripas,que exigían ser llenadas de inmediato.
Salí de mi cuarto guiándome con los pasillos con una habilidad increíble,como si el Instituto fuera ahora mi hogar de toda la vida...
La verdad era que ahora estaba casi todo el tiempo metida aquí dentro,adentrándome más en un mundo que me pertenecía por nacimiento pero del que casi no sabía nada.Tenía ganas de saberlo todo,cómo blandir un arma,cómo saber defenderme,conocer todas las criaturas y ser una parte activa de los Cazadores de sombras.
Pero por encima de todo quería una sola cosa:Jace.
Ahora que todo era normal entre nosotros,sin ningún impedimento de por medio,nuestra relación era como siempre debió ser.Desde el día en que pude besarle con total libertad,tomar su mano,abrazarle,había comenzado a ser más feliz que en toda mi vida.
Un cosquilleo me recorrió la piel poniéndola de gallina con tan solo dibujar su rostro en mi mente,una sensación tan agradable...
Llegué a la enorme cocina,a estas horas de la noche vacía.Rebusqué cuidadosamente entre los tarros y las conservas algo que mereciera la pena para saciar mi hambre.Todavía tenía que esperar que Jace llegara,había marchado con Alec a algún sitio,no sabía exactamente donde.